Financiación autonómica | Deuda pública

Canarias lidera la bajada de la deuda y se arma de razones para zafarse de la regla de gasto

El endeudamiento de las Islas cae un 9,2% en 2023, la mayor reducción del país, mientras las regiones incumplidoras siguen engordando el débito autonómico

Matilde Asián, consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, en un pleno del Parlamento autonómico.

Matilde Asián, consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, en un pleno del Parlamento autonómico. / Carsten W. Lauritsen

Canarias es la Comunidad Autónoma donde más se redujo la deuda pública en 2023. Y con mucha diferencia. Bajó en 660 millones de euros, un 9,2%. El Gobierno regional se arma así con nuevos argumentos en su propósito de convencer al Ejecutivo de Pedro Sánchez para que exceptúe a las Islas –y a cualquier otra comunidad que tenga sus finanzas igualmente saneadas, si bien no hay ninguna en estos momentos– de la estricta aplicación de la regla de gasto. A la espera de ver cómo responde Madrid a la propuesta canaria sobre la limitación del gasto y de saber cómo se llevará a cabo la quita de la deuda autonómica –un compromiso que Sánchez adquirió con los independentistas catalanes de Esquerra a cambio del voto favorable a su investidura y que no le ha quedado más remedio que extender al resto de regiones–, las Islas continúan así como la particular excepción que confirma la regla. El debe del conjunto de las comunidades sigue engordando mientras el del Archipiélago está bajo control.

El Banco de España (BdE) dio a conocer este miércoles los datos de la deuda pública en cada una de las 17 comunidades autónomas al cierre de 2023. Datos que en esta ocasión son más relevantes si cabe por cuanto permiten ver en qué medida las distintas regiones han cumplido con el mandato de contener el débito público en un momento en el que Cataluña pide para sí un cupo a la vasca que amenaza con volar por los aires el principio de solidaridad interautonómica; un momento en el que la reforma del sistema de financiación parece –esta vez sí– muy próxima; y un momento en el que la debilidad parlamentaria del Gobierno central abre de par en par la puerta a nuevas concesiones a los partidos independentistas, lo que en última instancia dejaría a Canarias con cara de tonta tras llevar años controlando sus finanzas para finalmente ver cómo se premia a territorios, léase Cataluña, con una deuda elefantiásica.

A fecha del pasado 31 de diciembre, el endeudamiento del Archipiélago ascendía a 6.518 millones de euros. La cuantía puede parecer astronómica, pero en realidad se trata de una suma más que asumible. Esos poco más de 6.500 millones son 660 menos que en el primer trimestre de 2023. La deuda se redujo así un 9,2% a lo largo del último ejercicio, la mayor caída del país. Hay otras siete comunidades donde también se aligeró el debe público el año pasado –País Vasco, Navarra, Madrid, Baleares, Galicia, Cantabria y La Rioja–, si bien la reducción en estos casos oscila entre el 1,7% de La Rioja y el 6,7% de Euskadi, 2,5 puntos inferior a la registrada en Canarias. El débito siguió al alza en las restantes nueve regiones, hasta el punto de que pesó más el incremento de la deuda en estas nueve comunidades que la disminución en las otras ocho. No en vano, el debe autonómico global cerró 2023 en 325.234 millones de euros, un 0,9% por encima del importe de finales de 2022.

El caso es que Canarias repite como la región con la mejor gestión de su débito, o al menos como la que más lo reduce, con la tranquilidad que esto da ante eventuales crisis que la obliguen a recurrir al endeudamiento. En tal caso tendrá los mercados abiertos hasta la madrugada. La deuda del Archipiélago equivale tras la bajada de 2023 al 12,2% de su PIB. Es el porcentaje más bajo de las 15 autonomías de régimen común, de entre las cuales Madrid –12,6%– es la única otra que puede presumir de cumplir el objetivo de dejarla por debajo del 13% del PIB. El Gobierno canario refuerza así sus argumentos para zafarse de la regla de gasto, cuya aplicación desembocaría en el absurdo de restringirle la autonomía financiera al territorio más riguroso en el cumplimiento del objetivo de deuda, territorio que, además, está en equilibrio estructural. Una envidiable situación que contrasta sobremanera con la de la misma Cataluña, cuyo débito ya equivale al 31% del PIB, lo que no obstó para que Sánchez le prometiese a ERC la condonación de un buen pellizco de una deuda gigantesca que roza los 86.000 millones.

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